miércoles, enero 25, 2006

Terciopelo Azul


David Lynch trata de retratar en su película las sombras que se esconden tras cualquier mundo idílico. En este sentido, son numerosas las referencias pop (es difícil decir culturales) estadounidenses de las últimas décadas, que en muchas ocasiones parecen llevarnos a la afable simplicidad de una ilustración de Norman Rockwell. Sin embargo, tras esta aparente quietud y armonía diurnas, mil veces reconocida en las primeras escenas de la película (las rosas ante la valla, el bombero saludando, etc), se esconde un submundo nocturno de sufrimiento y violencia. Son las pesadillas no reconocidas del conservador sueño americano las que se encuentran aquí retratadas: vicio, drogas, violencia, sexo, etc.Y, como una Alicia en el País de las Maravillas o como en El Mago de Oz, un adolescente perteneciente al mundo de la alegría y la normalidad descubre una puerta a lo sórdido e insano, sea ésta la oreja o la calle Lincoln, canalizádose en fin su curiosidad a través de la indecisión dicotómica que siente por las dos mujeres que atraen su atención: la femme fatale Vallens y la muy típica chica norteamericana Sandy. En este sentido, y declarando descubierta la dualidad que conforma la película (dia/noche, tranquilidad/violencia, sexo/amor), encontramos en el psicópata Frank Booth el propio reflejo malvado de Jeffrey.Todo ello, como decimos, en un escenario insoportablemente irreal, aunque construido con un reflejo lo más perfecto posible de la realidad, en la que elementos muy significativos, pero secundarios, y que, por tanto, no llegan a distraer nuestra atención de la trama, son nuestras propias llaves hacia la demencia, como lo son para Jeffrey. En este sentido, parece ser una especialidad de Lynch la creación de imágenes memorables, sin duda inolvidables y que hacen reconocible la película en solo una toma: la oreja cortada, la bata de terciopelo azul, el inhalador de Frank, el cadáver de pie en casa de Vallens, etc.
Con Lynch trabajaron algunos habituales de su cine, como Kyle MacLachlan (Dune, Twin Peaks), Laura Dern (Corazón Salvaje), pero también actores como Dennis Hopper, un titán en el arte de ser un gran secundario, solo igualado posiblemente por Ed Harris o Willem Dafoe (en este sentido, es curioso ver cómo se acercan sus las interpretaciones del primero y el tercero de 'criminales dementes obsesionados por mujeres' en "Terciopelo Azul" y "Corazón Salvaje". Todos los actores merecen un sobresaliente en sus respectivos roles, teniendo en cuenta, por ejemplo, la prestancia del "novato" MacLachlan en comparación con el dinosaurio Hopper, o la valentía con que Rossellini se enfrenta a un papel que la desnuda, humilla, agrede, pero que le hace mostrar su versatilidad al mostrar locura, piedad, resistencia y sumisión en un mismo y confuso papel. En resumen, una película molesta, oscura y que quiere sacudir conciencias, que nos hace plantearnos los componentes típicos de conceptos como bien/mal, pureza/suciedad, dignidad/castigo, etc. A mi parecer, quizá la mejor película de la filmografía de un director que aún hoy demuestra no haberse acomodado con su propia manera de filmar, que investiga nuevos formatos en televisión y del que aún esperamos mucho: Carretera Perdida, Una Historia Verdadera o Mulholland Drive aún saben a aperitivo... o quizá a postre.
Extraido de la opinión de Salvador Rubio Gómez
Pues si, yo no lo pude haber dicho mejor y por eso les dejo la critica que encontré y que me gusto y que ademas incluye varias cosas que comentamos anoche, con esto termina el ciclo de este mes de David Lynch, y no puedo dejar de sentirme un poco decepcionada pues en realidad me gustaría que continuara, me gustó mucho este ciclo de cine, en especial por la forma de llevar las películas de Alberto, comenzámos con algo muy complicado del 2002 y de ahí bajando hasta llegar a lo lineal a los 80's con Blue Velvet, la canción todavía resuena en mis oidos y me dejo un muy buen sabor de boca (y pensar que ´me quede dormida en la primera escena cuando la vi por primera vez) felicitaciones por el ciclo de Lynch, que además de hacernos aprender mucho como que tambien nos unió un poco a los que vamos los martes a la Terraza del Mesón, ya nos llevamos más y es realmente mi escape semanal de la realidad.

No hay comentarios.: