Love Hurts, Crazy Love o "El amor es un perro infernal"

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Martes de cine, Crazy Love, Bélgica 1987, esta vez cambiaré un poco el sistema, si investigue pero no he leído lo que baje, esta vez quiero escribir un poco de lo que esta película dejo en mi cabeza y lo que transmitió anoche. No hablare mucho del director ni de los actores, ni nada, solo quiero contarles mi experiencia aprovechando que peleo con la lavadora, que diga, impresora, de mi oficina (se acuerdan esa mugre impresora nonplusultraveloz que me da tanta lata siempre) y pues así es mientras la semana transcurre rápido y el tiempo me come entera y sin ningún tipo de tolerancia y pierdo totalmente la paciencia con una máquina que no hace lo que yo le digo que haga, les contaré que tal me fue en el cine anoche.

Comienza la película tan esperada todo el mes, “El amor es un perro infernal” primera escena el es un niño sentado en el cine, impresionado con la escena de la princesa vestida de blanco que es salvada por su príncipe azul en su corcel blanco, quien la rescata y consuman su amor en el beso que precede del muy sonado “los declaro marido y mujer hasta que la muerte los separe”… FIN. Una ilusión de lo que el amor significa para ese niño que mira la forma de robarse la imagen final de la película del aparador, lo logra y se la guarda como su mas preciado tesoro, ahí comienza todo…

Cuando fue el momento en el que nosotros comenzamos a pensar en el amor, en lo que significa, ayer me pregunte si alguna vez había soñado con ese amor rosa de cuento de hadas, si alguna vez había pensado que mi príncipe azul llegaría a luchar por mi y me rescataría, para solo así, después de luchar por mi desposarme (yo dije desposarme? en fin) y ser felices para siempre. Eso pregunta no la he contestado aún pero al final la película habla de eso, que es el amor, como lo percibimos, como te pueden romper las ilusiones incluso antes de saber a que saben, a este niño le muestran una cara del amor que a pesar de ser mas realista, no le sabe tan bien. Tu primer beso, tu primer contacto contigo mismo, tu primer orgasmo, tu primer amor. Si es que te permiten amar, porque ahí esta la parte dos de la película…

El niño creció, y el prejuicio al que se ve sometido por todos es insoportable para cualquiera, la búsqueda del contacto es inútil, al grado de inventarse un método de ocultarse ante todos, la manera de rechazar y juzgar a los demás, lo van llevando a su final, y este final tan reprobable que a su vez es juzgado por la sociedad pero que a la vez ha sido provocado por la sociedad misma, quien lo juzgó y lo rechazó por años. En el, sin embargo, no es reprobable, en el, es un acto de amor, del único amor que ha sido posible en su vida, de su amor ideal, materializado frente a el, muerto frente a el, para morir en el y solo así poder consumarlo y poder ser feliz.

El tema que trata Crazy love, es muy fuerte, “love hurts” a través de toda la película te dice que el amor lastima, que el amor deja cicatrices, y es cierto, también nos muestra como uno puede juzgar y puede ser cruel, mientras no sea uno el que es juzgado, pues entonces no es aceptable, para mi es una excelente película que te lleva a reflexionar, que te hace pensar en tus inicios, en tus amores ideales, para mi no fue en lo absoluto difícil entender el final de la historia y puede ser que tampoco me parezca tan reprobable, pero esa soy yo, no se que opinen ustedes, tendrían que verla para contarme, se las recomiendo ampliamente, y con esto termina el ciclo del amor, para dejar paso a marzo, mes internacional de la mujer, “Orlando” será la película del próximo martes, les dejo los datos generales de esta a ver si la pueden encontrar
Saludos

Crazy Love (1987)

Cast: Joss De Pauw, Geert Hunaerts, Michael Pas, Gene Bervoets, Amid Chakir

Director: Dominique Deruddere

Synopsis: A delightful, bitter-sweet, tragic-comical fable - akin to Lynch at his best

“It is not a film about necrophilia at all. Because a film about necrophilia would be a guy that gets his kicks out of fucking a dead person…this film is about a quest for love.” – Dominique Deruddere.