
Existen personas de mundos que a veces ni ellos entienden, personas que te enseñaron cosas por las que te infunden respeto. Un hombre me enseñó a caminar en la tierra y a dormir en las piedras, me enseñó que se puede comer en cualquier casa cuando te presentas con humildad, me enseñó el cansancio y la belleza de alcanzar un atardecer en Achichica y me dió la oportunidad de hacerme mas intimo entre mis amigos, me llevo por la Sierra de Oaxaca y me enseño como trabajan la piedra allá por Tehuacán, y como pulen el barro las señoras de Santa Ana Teloxtoc, me llevó por caminos de caracoles fosilizados, y me enseño de los suelos y de los mangles; me dio su tiempo y me permitió conocerlo un poquito mas allá, no mucho, solo lo suficiente para reconocer sus cualidades y defectos, pero nunca para juzgarlos, un hombre que me contó en zapoteca como recuperar el alma para no dejarla abandonada en un río y un hombre al que en mi inmadurez a veces no aprecie tanto, y que incluso puedo pensar que lastimé con mi indiferencia, pero al que siempre respeté y respeto. Un hombre de orejas grandes, muy grandes, como las orejas de todos los de su generación; sus orejas llamaron siempre mi atención, así como su forma de expresarse, ayer me tope con unas orejas muy parecidas, que volvieron a llamar mi atención, eran las orejas de su hermano, que irónicamente conocí y también me enseño un poco de campo, un poco de mangles y de lodos, un poco de el, y aunque no lo conozco tanto también me gustaría que fuera mi maestro de vez en cuando…
Que increíble es la sangre y parecidos con los hermanos Cabrera Cano!!
1 comentario:
a mi me gustan los hombres con narices grandes...
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