De cómo guardé mi cara en un cajón o de los argumentos de una causa espero no del todo perdida

Tengo una soledad tan concurrida
que puedo organizarla como una procesión
por colores, tamaños y promesas
por época, por tacto y por sabor.

Mario Benedetti

1. Señor jurado soy culpable

Soy culpable porque tengo un buen par y los hombres no me respetan, soy culpable porque tengo poca resistencia al alcohol y suelo pensar que no es así, soy culpable porque aposté por hacer las cosas distintas para obtener resultados distintos, por una vez aposte a la honestidad, a enfrentar y a las consecuencias que hoy me duelen pero aun están en la mesa sin conclusión, soy culpable porque me coloqué en una situación de riesgo, porque acepte el jaggermaister, porque acepte lo que vino despues aún cuando al final dije que no; soy culpable porque mi inconsciente es más listo que mi consiente; soy culpable porque trabajé por mis valores y mi persona durante años, fui congruente conmigo y atesoré algo tan hermoso que lo hice frágil y en un instante yo solita lo rompí. Sí Señor jurado, yo lo rompí y soy la única culpable.

2. Señor jurado aprendí mi lección.

Sea cual sea su veredicto señor jurado aprendí mi lección, sea cual sea el veredicto replantearé mis límites, modificaré mis inocencias, maduré y creci un poco mas y me dolió mucho . Trabajaré señor jurado y no buscare colocarme en situaciones que puedan romper mis tesoros una vez más. Depositaré mi confianza solo en quien me compense, solo en quien me aporte más, y sobre todo dejaré atrás a todo aquel que no compense y solo busque una parte de mi aunque no lo entienda. Guardaré una parte de mi inocencia en una caja, y luego tratare de perdonarme, iré a nadar al mar y si me lo permiten después trataré de ser feliz con mi tesoro si es que no se rompió del todo.

3. Silencios y Esperas

El tiempo de la deliberación esta en aire, señor jurado no tarde que casi no puedo respirar por aquí el aire se agota, hay otro jurado que ya deliberó y me dio una oportunidad mas, ese mismo lanzó a aquel que falto a mi confianza y me confundió con otro tipo de persona ,al exilio de mis olvidos y desprecios.

Las esperas fortalecen, aclaran, permiten, sanan. Esperare aquí donde me dejó, limpiaré la casa, las esquinas, la ropa, el alma y buscaré la calma después de la tormenta, usaré una máscara guardaré mi cara en un cajón para que nadie vea la tristeza infinita que guarda este silencio al que me ha condenado.

4. La mujer sin cara y los muertos

Iré por la flores a las 2 de la tarde y llenaré mi casa de calaveras, muertos y poemas, Aroma de flores naranjas y poemas de Mario Benedetti me envolverán y nadie notará los motivos de mi altar, pondré un altar a mi tesoro agonizante y prenderé una vela a la virgen y cada noche rezaré por no perder la fé.

Apagaré la vela y volverá mi rostro a su lugar solo cuando encuentre en algún lugar bendito, su veredicto.